Pregúntale a una gaviota por qué vuela, por qué un delfín surca los mares. Ese deseo irrefrenable, esa piedra del no sé qué y del no sé dónde te mueve a las fronteras de lo impensable, eso es el arte para mí.
Soy actor porque no lo entiendo, y el arte me conduce hacia la respuesta, pagando el precio de conocerme, pues es allí adentro donde mis dudas se esconden. Con esa llave en forma de verso, que se inserta en el candado de lo divino, abriré la bóveda de la verdad, que puede que sea una mentira, pero estoy dispuesto a morir por ella.