De pequeño, estaba deseando que llegara el domingo porque era el día en que iba al cine. Me interesaba más lo que ocurría en la pantalla que en la vida real. Me parecía más emocionante y divertido. Entonces pensaba que yo quería estar en la pantalla cuando fuera mayor. Quería ser Gary Cooper como "Solo ante el peligro", John Wayne rodeado de animales en África o Vittorio Gassman enamorando a las chicas por las playas italianas y conseguir emocionar al público como tantos grande actores lo hacían conmigo. Más tarde, cuando pude experimentar en un escenario la comunicación directa con el público que te trasmite las emociones que le haces sentir, tuve la certeza que la de actor es la profesión más fascinante que existe.