Con 3 años me solté de la mano de mi madre para colarme en el escenario de un teatro infantil, coger un micro y comenzar a cantar ''Susanita tiene un ratón''
Ni la canción ni yo eran parte del programa. Ese primer contacto con un público que no me esperaba creó un anclaje y una sensación única, diferente, que no reconocí debido a mi temprana edad. Me bajaron del escenario y pasé de ser la Ángela intérprete a la niña a la que su madre regañó por la travesura.
Con los años amé el hecho de que ser actriz, signifique vivir diferentes vidas y situaciones, con lo bueno y lo malo...y poder salir de la historia cuando quieras.
Y sin que nadie te regañe.